¡Arrivederci, Benedetto!

Aunque fuentes Vaticanas aseguran que Su Santidad no se encontraba hoy muy católico, lo cierto que es que su dimisión ha sorprendido a propios y extraños. No se le conocían problemas aparentes, tan solo algunas manías, pero eran de índole menor.

Aunque algunas corrientes de opinión se inclinan por afirmar que ha esperado a que terminase el Carnaval Colombino para eludir los cuplesitos, otros, la mayoría, creen quería liberarse antes de Cuaresma y venir al entierro del choco.

Hace tiempo que se rumorea por los pasillos que las presiones a que le tenían sometidos la mula y el buey después de su destitución del Portal de Belén han sido determinantes, pero lo único cierto es que los vínculos de complicidad que le unían a su ex secretario hacían presagiar lo peor.

Ahora a esperar que el día 28 de Febrero a las ocho de la tarde (el veintiocho a las ocho… si es que invita a cuplesito) tengamos sucesor para que no quede vacante mucho tiempo la plaza.

Apuesto por Camilo VI.