La pandereta (Española)




Esta noche me tocaba hablar del cáncamo, pero como hay poca bibliografía pasaré directamente a la pandereta.

Es redonda.

Tradicionalmente considerado “la bestia negra” por todos los colectivos de pavos al estar asociado irremediablemente a la navidad, este instrumento musical cuyo nombre nada tiene que ver con el “pandero” ha sido maltratado y olvidado por las grandes orquestas, aunque en la intimidad de los hogares se le ha dado el lugar que merece, convirtiéndose en protagonista indiscutible de las cenas navideñas.

Emite un sonido metálico, consecuencia del choque de las puñeteras latillitas que tiene alrededor, que resulta agradable en sus primeros compases y termina siendo un auténtico tormento para todos, excepto para el que la toca. (Detalle curioso)

Existen muchos tratados sobre la perseverancia de los tocadores de panderetas aunque la definición más extendida es la que propone el virtuoso Hans Flitz en su profunda y sesuda obra “Pandereta y Misericordio, sonidos del averno”:

“Un tocador de pandereta puede llegar a abstraerse tanto en la ejecución del instrumento que llega a perder la noción del tiempo, el espacio y los decibelios”
Muy acertado, teniendo en cuenta que cuanto más tiempo llevan tocando, más fuerte la aporrean y más te la acercan al oído.

A día de hoy, son legión los detractores del instrumento en cuestión, incluso han redactado un informe, avalado por un consejo de sabios, en el que se solicita a la OMS que tome las medidas oportunas para erradicar tan desagradable invento de la faz de la tierra, en prevención de una pandemia de sordera y ataques de furia.

De nada ha servido que la ONG “Otorrinolaringólogos sin fronteras” advierta de la falta de medios para combatir este mal, cada vez más extendido, ni siquiera que se describan los primeros síntomas de trastornos psicológicos… cada día se sigue escuchando en las puertas de las tiendas de todo a un euro aquello de “Como tu tenga güevo de comprarle la pandereta al niño, yo ceno an cá mi mare”.
… Dulce navidad.

Lo cierto es que este país, aún llamado España, sigue batiendo records de ventas para ser cada día, menos de charangas y más de panderetas.

Comentarios

JL ha dicho que…
Yo tengo un recuerdo desagradable de la puta pandereta que me daban por ser el último mono en mi casa, le faltaban casi todos los aros, era rosa, gay y muy fea, con un dibujo de la puta familia Telerín de los cojones, pero no era negociable mi ubicación en la banda frente al portal, negarse a ello era impensable y motivo de lo que hoy sería denunciable a fiscalía como malos tratos y que en esa época mi padre resolvía con una leve mirada (leve que te cagabas....)
Acabo de quitarme un complejo infantil que me atormentaba y no me dejaba dormir, "una puta pandereta suena, din don din.... sal mirandillo arandandillo sal mirandillo arandandá, cabo de guardia alerta está" vaya letra, ni Paco Rosado, el cabo sería Franco????
quedan 114 días para la puta Navidad, qué depresión diosssss.....
Superchoco ha dicho que…
A mí siempre me ha hecho gracia la frase:
"Tengo el pulso como para robar panderetas".
Supersaludos.
PEDROHUELVA ha dicho que…
Que pandereta mas cutre has puesto en las fotos, hijo. No había una de madera, con tripa, una clásica , vamos.
Tu crees que los pavos, se van a asustar con esas de plástico, vete a saber a que suenan.

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