sicólogo

Volvía del sicólogo con andar cansino.

Las sesiones de control eran escasas pero agotadoras y Azarías no acababa de entender qué ventajas le suponía comprender cómo funciona su cerebro.

--Es en su propio beneficio-- le repetía su terapeuta a cada gesto de hastío que observaba en el paciente.

¿Donde estaba el beneficio? Azarías no pretendía saber por qué funciona algo que, sencillamente, funciona. Esa idea tan banal era lo que sacaba de quicio a D. Rafael "El Loco", apodado así por algunos de sus pacientes que no compartían con el licenciado la ubicación exacta de la cordura.

`Mire, Azarías, el cerebro humano es un órgano muy complejo y no es muy corriente que una persona pueda desarrollar por igual ambos hemisferios sin ser ambidextra`.

Azarías nunca supo si fue su "hemisferio derecho" o su "hemisferio izquierdo" el que le hizo preguntarse por qué les llamaban hemisferios en lugar de meridianos. Pero ¿quién era él para rebatir a D. Rafael "El Loco" y a toda la comunidad científica?

Encendió un cigarrillo que sujetaba en su mano izquierda mientras lo prendía con el encendedor de su derecha, cambió el cigarrillo de mano y comenzó a caminar hacia su casa con el firme propósito de buscar en el diccionario la palabra `ambidextro`nada más llegar.

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