San Genarín

Mientras aquí, en la vieja Onuba hemos llorado porque el cielo no dejaba de llorar, en León, más de 3.000 personas han tenido el coraje y la valentía de sacar la noche del Jueves Santo una de sus imágenes más veneradas, “Genarín”.

Genaro Blanco, pellejero de profesión y habitual en los bares, tascas de mala muerte y burdeles de la ciudad se puso a hacer sus necesidades en pleno centro de la ciudad un día del mes de marzo de 1929, concretamente en la calle de los Cubos. No se dio cuenta de que en ese momento el camión de la basura realizaba su ronda habitual por la zona, por lo que Genaro murió atropellado con los pantalones bajados y en estado de embriaguez, algo que sin embargo fue lo que le llevó a la fama que conserva 80 años después.

Después de su muerte cuatro personas, conocidos como los cuatro evangelistas, fundaron la llamada Cofradía de Genarín, a la que puede accederse únicamente con un bautizo con orujo. Se trataba del poeta Francisco Pérez, el taxista Eulogio el gafas, coplero de devoción, el aristócrata Luis Rico que hizo honor a su nombre y dilapidó su fortuna y un árbitro de fútbol, Nicolás Pérez, “Porreto”. Desde ese momento cada Jueves Santo los miembros de esta Cofradía se reúnen a medianoche para dirigirse hacia el lugar en el que Genaro fue atropellado.
Los cofrades un año más cargaron a hombros toda la parafernalia que rodea a Genarín, un primer paso, el de ‘La Cuba’, donde van las ofrendas, (imaginarse lo que se le echa encima), le sigue la imagen de Genaro, detrás la Muerte y por último el paso de La Moncha, la prostituta que socorrió a Genaro tras el accidente que le costó la vida. En 1.957 se prohibió su celebración, pues coincidió con la competencia religiosa y por lo visto escoció mucho que Genarín trajera más fieles tras su paso. En 1.977, enterrado Paco, brilló si cabe con más fuerza.

Tal y como hizo el propio Genaro durante la noche de Jueves Santo los participantes en esta ‘procesión’ hacen diferentes paradas por los bares de la zona antes de la ofrenda al santo, momento en el que se asciende hasta la muralla, donde se homenajea a su espíritu con una botella de orujo, un trozo de queso, pan de hogaza y dos naranjas. Los seguidores de Genarín recordaron también los 4 milagros del santo entre los que se encuentran la redención de una prostituta, quien según la leyenda, fue quien le encontró muerto y dejó el oficio para regresar a su ciudad natal, el triunfo de la Cultural Leonesa en el partido de fútbol que le enfrentó al Hércules de Alicante (por cierto, recuerdo en la temporada 74/75 meterle el Recre 7-1 a este equipo, sin el apoyo de este santo, yo estuve allí), se dice que los evangelistas bendijeron el campo de la Cultural con orujo y unos ajos, pero eso no solucionó la mala temporada del conjunto leonés, por lo que expresaron sus quejas a Genarín. En el partido siguiente el portero del equipo alicantino, tras sacar y en una extraña jugada, el balón entró en su propia portería. Un tercer milagro fue la curación de un enfermo de riñon, que tras hacer sus necesidades en el mismo lugar en el que falleció Genaro, se vio aliviado al ver en el suelo una piedra del tamaño de una nuez. Por último se atribuye a San Genarín el asesinato del ladrón de las ofrentas, cuando un hombre  que intentó robar el orujo, el queso y demás alimentos que se dejaron en la muralla, resbaló por el muro cayéndose y partiéndose la cadera.
A él también se le atribuye también que un leonés alcanzara la Presidencia del Gobierno, pero se dice que no se siente muy orgulloso de tal hecho y no va incluido en el elenco milagrero que va camino de Vaticano City
Por todo ello, se escuchan las coplas leonesas que dicen:

           “Estamos que lo rompemos, estamos que lo tiramos
             y todo gracias a ti, Mister Marshall de los santos
            porque tú eres a León lo que las flores a un paso
            lo que el Carnaval a Cádiz, lo que el camino a Santiago
            lo que una falla a Valencia, lo que el Atleti a Bilbao
            lo que las turbas a Cuenca, lo que el placer al pecado.
            Lo que Leticia al Borbón es la moncha a tu reinado.
            No dejes nunca a León, príncipe del Jueves Santo”

Propongo hagamos lo mismo pal año que viene, con lluvia o sin ella. Candidatos? Muchos. Yo tengo el mío....
El May.

Comentarios

Carmela ha dicho que…
Alucino contigo, ortita, curiosa noticia donde las haya. Bueno, no oso ni preguntarte cómo la has encontrado… porque eres capaz de explicármelo.

Por cierto, he estado echando un vistazo y los colegas genarienses se lo tienen montado del carajo, con su página web y todo, incluso han convocado un certamen literario (“I Certamen Genariano de Versos Burlescos en loor de Genarín”). Al de este año no llegamos, pero podemos estar pendientes y participar en el próximo… sería una excusa perfecta para escaparnos y conocer esta festividad en vivo. Que no??
JL ha dicho que…
Ahí es aonde yo quería llegar. Si la idea es magistral, ¿porqué tengo que escaparme a León para disfrutarla? Quiero vivirla en Huelva, esta es una tierra tolerante que no le importaría compartir un Jueves Santo con otra procesión alternativa. Solo falta buscar Sant@.
Antonio J. Cabezas Reyes ha dicho que…
Genaro Blanco, pellejero de profesión...

Por vagaje profesional... ¿No será familia de Pepiño Blanco, ayudante de zapatero?

(Una duda que tengo)
JL ha dicho que…
Por comportamiento y actitudes primo hermano, por apellidos no. Genaro se llamaba Blanco Blanco, era una forma de tapar a aquellos que eran huérfanos de ambos dos y como no sabían qué ponerle honraban a la Virgen de León, la Virgen Blanca. Aunque mal pensado, si Genaro era hijo de puta.... uf, ahí tenemos más coincidencias.
Antonio J. Cabezas Reyes ha dicho que…
Sutil.

Qué bien hubiera o hubiese terminado con los puntos suspensivos!

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