Recogía en la calle...
Aunque esta Semana Santa nos ha recordado que aún estamos en Abril (aguas mil), parecía que en nada nos habíamos acostumbrado al buen tiempo… dos días de temperaturas suaves y ya tienes a gente que se atreve con sandalias y tirantes. Me pregunto por qué cada año esperamos ansiosos a que llegue el verano y no nos acordamos de lo que protestamos con los cuarenta y pico a la sombra que nos caen en julio. Debo estar haciéndome mayor, desde luego, porque cada vez llevo peor el calor, los mosquitos, las aglomeraciones en las playas, los problemas de aparcamiento, las bodas, la ropa pegada, que los gastos aumenten considerablemente, que dejen de poner mis series favoritas… si, es cierto, por otra parte están las vacaciones, la luz, los días más largos, los cumpleaños, las vacaciones, las terracitas, los viajes, los festivales de teatro, las vacaciones…
Y, por encima de todo, en verano vivimos más en la calle que en nuestras casas, el tiempo “llama” a ello, cualquier motivo es bueno para quedar y tomarse un café, un tapeo, un momento de tertulia… sin la pereza que da organizar cualquier cosa en invierno. También me recuerda, irremediablemente, a cuando éramos pequeños y vivíamos la calle con una intensidad agotadora, de hecho, lo natural era estar en la calle, jugar en la calle, charlar en la calle… en definitiva, como se dice en mi pueblo, estar “recogía en la calle”.Por cierto, si los niños de ahora ya no juegan en la calle, cuando sean adultos les resultará placentero echar el ratito en una terraza o no tendrán “costumbre”??
Bueno, al final, puede que el verano no sea tan malo.
Parece que no se lo que quiero, nop?? Igual no me estoy haciendo tan mayor ;-)
Comentarios
Decía Ava Gadner que le gustaba ir descalza para sentirse sucia....
... porque la calle, sobre todo y por encima de todo, invitaba a dejar volar la imaginación. Un día era la antigua Roma, otro, un barco pirata, al siguiente un planeta por descubrir... aunque nuestra imaginación nunca alcanzó a ver la triste y tan próxima realidad: La calle es hoy un espacio peligroso y prohibido para los niños.
Ilusos!!
Cierto, nos hicimos adultos en la calle.
Precisamente por eso, porque el concepto “calle” ha cambiado significativamente para los niños de hoy, me preguntaba si luego, de mayores, apreciarán el placer de echar el ratito en una terraza. Por fortuna, los niños que tenemos cerca no tendrán problemas, habrá mucha gente que se lo enseñe.
(Ah, a mi no me gusta ir descalza, a Antonio si, pero él es muy exigente con la altura de la hierba, por eso es más de ir descalzo por casa… jajajajaja)
En fin, serafín, que si la litrona hay que pasarla... igual paso de ir a ninguna plazoleta, que p'a los experimentos ya estás tú.
:)